Retiros vieja

–Llegaremos a partir de las 16:00 y empezaremos a instalarnos con calma.Nos reuniremos en un círculo de bienvenida para abrir juntos este retiro.
Será el momento de conocernos, de mirarnos a los ojos y sentir que empieza algo especial.

Después compartiremos un taller de cohesión grupal, para empezar a crear la energía del grupo, y un taller de pintura, donde dejaremos que el color y la creatividad nos ayuden a soltar y sentir.

Cenaremos juntos una comida saludable y cerraremos el día con una meditación guiada y un ritual de gratitud. Una forma perfecta de preparar cuerpo y mente para los días que vienen.

⸻

Después, disfrutaremos de un desayuno saludable y lleno de energía que nos cargará de fuerza para la primera clase de surf del día. Sentir la tabla bajo tus pies, probar nuevas olas y superar pequeños desafíos será pura diversión. Cada caída se convertirá en risa y cada ola que logres surfear, en una sensación de logro y libertad.

– El cuerpo amanece diferente: más ligero, más abierto, todavía con la emoción de las primeras olas del día anterior. Empezaremos la mañana con una práctica de yoga que nos ayude a soltar tensiones y a seguir integrando todo lo que hemos vivido hasta ahora.

Tras un desayuno saludable y lleno de energía, volveremos al mar para nuestra segunda clase de surf. Esta vez, con más confianza, cada ola se sentirá como un pequeño triunfo. Habrá risas, caídas, y esa sensación única de libertad cuando logres ponerte de pie y dejarte llevar por el océano.

La comida será un momento para compartir historias, reír juntos y recuperar fuerzas.
Después tendrás un espacio para ti: puedes descansar, leer, tomar el sol o simplemente escuchar cómo se siente tu cuerpo después de tanta aventura.

Por la tarde nos espera un taller de macramé. Entre hilos y nudos, crearemos con nuestras manos algo que quedará como recuerdo de esta experiencia, un objeto cargado de intención.

La cena de esta noche será diferente, una verdadera experiencia sensorial donde arte, música y sabores se mezclan para despertar todos los sentidos.

Cerraremos el día en un círculo de integración, compartiendo emociones y agradeciendo lo vivido, dejando que esta conexión se quede en el corazón mucho más allá del retiro.

⸻

El cuerpo despierta con una calma distinta. Todo lo vivido comienza a asentarse: las risas, las olas, los silencios, las nuevas amistades.
La práctica de yoga de esta mañana será un espacio para integrar, para reconocer lo que el mar, el movimiento y el compartir nos han dejado. Respiramos más profundo, más presentes, dejando que la energía se acomode en su lugar.

Después del desayuno, regresaremos al mar para disfrutar nuestra última clase de surf. Con el cuerpo más suelto y el corazón más abierto, cada ola se sentirá como un abrazo. Ya no se trata solo de ponerse de pie, sino de fluir, de jugar, de dejarse llevar.

La comida será un momento de pausa y disfrute, una celebración sencilla de todo lo vivido juntos.
Luego habrá tiempo libre: para descansar, escribir, caminar o simplemente sentir el sol sobre la piel.

Por la tarde nos encontraremos para un taller de macramé, una práctica creativa que nos invita a estar presentes. Entre nudos y fibras, aprenderemos a confiar en el ritmo de nuestras manos, a respirar con cada movimiento, a disfrutar del proceso sin prisa. Cada creación será única, un reflejo de este viaje y de la trama invisible que nos une.

Cerraremos el día en círculo, con el corazón tranquilo y lleno de gratitud.
Integrando lo aprendido, expandiendo lo sentido, y llevando con nosotros esa vibración que nos conecta —la del mar, la práctica y la presencia compartida.

–El último día es un regalo. Comenzaremos con un ritual de integración, un espacio íntimo para mirar hacia atrás, reconocer todo lo que hemos vivido y agradecerlo. A través de meditación guiada, escritura y una creación simbólica, cerraremos este ciclo con consciencia, llevándonos a casa lo que queremos que permanezca.

Después compartiremos nuestro último desayuno juntos, con calma, saboreando no solo la comida, sino también las conversaciones y la energía que hemos creado en grupo.

Será el momento de los abrazos, las sonrisas y las despedidas, y aunque cada uno tome su camino de regreso, el corazón se irá lleno y ligero, con la sensación de haber vivido algo que quedará para siempre.